Resumen de las conclusiones del retiro de pastores de la Asociación de las Iglesias de los Hermanos Menonitas del Paraguay, que se llevó a cabo en Flor del Chaco los días 29-31 de julio del 2016.
- Queremos afirmar las siguientes declaraciones de la Biblia acerca el Espíritu Santo
- El Dios trino de la Biblia se revela como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Los tres trabajan juntos en unidad, y al mismo tiempo son la base de la unidad y la diversidad de los hijos de Dios y de sus dones en la iglesia.
- Conversión, renacimiento, recepción del Espíritu Santo, bautismo, membresía en una iglesia y santidad son conceptos bíblicos, que describen la salvación integral, a la cual Dios llamó a sus hijos.
- Quién fue salvado por la obra redentora de Jesucristo, también tiene al Espíritu Santo. Según el testimonio de la Biblia, el bautismo con el Espíritu Santo es equivalente a la experiencia única, a través de la cual una persona renace como un hijo de Dios.
- El Espíritu Santo nos ayuda a entender y aplicar la Palabra de Dios. Siempre va a confirmar la Palabra de Dios, y no completarla con verdades adicionales. El Espíritu Santo faculta a los creyentes a proclamar la palabra de Dios con autoridad, a ser ejemplo creíble en la vida diaria y servir a los demás con devoción.
- El Espíritu Santo es el sustituto de Cristo, el apoyo y consolador de los creyentes, a través del cual el discipulado y la santidad es posible.
- Pentecostés es único e irrepetible en la historia de salvación. Las obras sobrenaturales del Espíritu Santo todavía se pueden experimentar hasta hoy en día, especialmente cuando se trata de proclamar las buenas nuevas y confirmarla con señales que llevan a la fe en Jesucristo. De esta manera el Espíritu Santo ayuda a tener un verdadero entendimiento del carácter de Dios y a la expansión de su reino.
- El Espíritu Santo es Dios, él actúa soberanamente, dinámico, versátil y tiene un carácter de persona. Él vive en el creyente, pero no está a su servicio como una fuente de poder cualquiera, sino los creyentes están a su servicio. Al Espíritu Santo no se puede y no se debe abusar como medio para la propia autorrealización religiosa o para la manipulación de otras personas.
- La llenura del Espíritu Santo en la vida de un creyente se muestra sobre todo en la madurez espiritual y la santificación (frutos del espíritu santo). Estar lleno del Espíritu Santo es una experiencia de crecimiento durante toda la vida. En el NT somos llamados a dejarnos llenar por el Espíritu Santo, a no disminuir su trabajo y a no afligirlo.
- Amor, subordinación, humildad, honestidad, unanimidad y un carácter pacífico son signos de la abundancia del Espíritu Santo.
- El Espíritu Santo no solo actúa en el nivel emocional, sino también en el nivel racional, en el área del entendimiento y conocimiento de Dios. El Espíritu Santo quiere guiarnos en nuestras decisiones intuitivas y espontaneas, como también nuestras decisiones y procesos institucionales. Él nos ayuda a tener un discernimiento correcto y según la voluntad de Dios.
- Nuestra Confesión de Fe, como también los libros de David Ewert, John Stott y Bernhard Ott (vea bibliografía) son un marco bíblico-teólogico, que nos puede orientar en el trabajo pastoral. En nuestra Confesión de Fe podemos encontrar los siguientes pasajes bíblicos que hablan acerca del Espíritu Santo: Génesis 1:1-2; Mateo 28: 18-20; Lucas 1: 34-35; Juan 4:24; 15,26; Romanos 8:1-17. 26-27; 1. Corintios 12-14; 2. Corintios 3:17; 13:13; Efesios 1:13-14; 4:1-16; 2. Timoteo 3:15-17; 2. Pedro 1:20-21.
- El tiempo en el cual vivimos, nos presenta con los siguientes desafíos, de reflexionar nuevamente sobre el trabajo del Espíritu Santo.
- Nuestras iglesias nacieron como parte de movimientos de avivamiento (Anabautismo, nacimiento de la Iglesia Hermanos Menonitas). En nuestra historia fuimos influenciados varias veces por corrientes carismáticas, pero también tendemos a ser institucionales y tradicionalistas. Tenemos que esforzarnos para luchar por la integración entre el espíritu y la institución en el sentido de la Biblia.
- Tendemos a ser muy racionalistas en nuestra espiritualidad, es decir, en nuestro estilo de vida espiritual, y observamos que nuevas formas de espiritualidad tienden a ser muy emocionales e individualistas. Espiritualidad bíblica afecta y cambia a todo el ser humano, su pensar, entender, desear, sentir, actuar y sus relaciones.
- Vivimos en un tiempo, en el cual experiencias y emociones muchas veces se atribuyen al Espíritu Santo, sin analizarlos. Algunas experiencias, que se ven como experiencias espirituales, también pueden ser fenómenos psicológicos o sociológicos. Señales, milagros, profecías o hablar en lenguas existen en todas las religiones. No necesariamente son pruebas del Espíritu Santo.
- Observamos que hoy en día, sentirse bien es muy importante. La Biblia nos enseña que el sufrimiento y los inconvenientes también son parte de nuestras vidas, y que pueden ser una fuente del crecimiento espiritual.
- Nos alegramos que en nuestras iglesias una creciente cantidad de personas buscan una relación más profunda con Dios. Desafortunadamente esto sucede muchas veces fuera del contexto de la iglesia local.
- En nuestras iglesias queremos crear espacios para las siguientes experiencias de aprendizaje y enseñanza:
- En nuestras iglesias locales necesitamos tener una identidad y seguridad basada en la Biblia, para así desarrollar una apertura sin temor para nuevas formas de expresiones del Espíritu Santo. En la comunidad de la iglesia deberíamos compartir y examinar nuestras experiencias espirituales.
- Experiencias con el Espíritu Santo, junto con la Biblia y la iglesia, son esenciales para nuestro crecimiento espiritual. Pero no deberíamos formular enseñanzas dogmáticas basadas solamente en experiencias. Queremos seguir aprendiendo a cuestionar nuestras experiencias con la Biblia, y en relación responsable con nuestros hermanos en fe.
- Una unidad sana entre nuestra identidad y nuestros objetivos crea un espacio para la diversidad de expresiones espirituales, en el marco de las iglesias locales.
- Sera muy importante que construyamos relaciones de confianza con la generación joven, para así acompañarles en sus preguntas sobre la espiritualidad.
- Queremos buscar nuevas formas para la organización de los cultos, y así llegar a las personas en forma integral.
- Queremos ofrecer ayuda, de cómo manejar las ofertas espirituales (por ejemplo en los medios de comunicación social). La cooperación con oradores nacionales e internacionales debería realizarse con el asesoramiento y acuerdo con la iglesia y la convención.
Recomendamos a nuestras iglesias locales, que usen estas lecciones aprendidas (consejos, grupos hogareños, grupos juveniles, etc.), para la profundización y orientación. Es nuestro deseo, que al reflexionar sobre estos puntos, las palabras de Jesús en Juan 14:26-27 se confirmen: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”